REFLEXIONES SOBRE LA PANDEMIA Y LOS SERVICIOS DE AGUA, EN ESPECIAL EN ZONAS MARGINADAS
Eduardo Mestre
Abril 4, 2020
La pandemia del coronavirus pone a prueba las capacidades de las sociedades y de los gobiernos para responder de manera oportuna, enérgica, coordinada, suficiente y armónica. En particular, entre los riesgos que acechan a países en vías de desarrollo como México, destaca por sus dimensiones descomunales inherentes, la disponibilidad de agua en forma oportuna, suficiente y de calidad para mantener o bien elevar los niveles de higiene personal, familiar y comunal. En efecto, el punto de arranque para controlar la pandemia estriba en la distancia social y en las prácticas de higiene y desinfección sistemáticas sin excepción como medios indispensables para reducir las probabilidades de contagio. Si no hay agua para lavarse las manos y para la higiene personal elemental, situación que ocurre y que amenaza a los habitantes de zonas periurbanas de las metrópolis y en el medio rural con notable incidencia, probablemente tampoco se tiene acceso a otros sistemas de desinfección con gel o similares. Esto pone en riesgo grave los esfuezos y resultados para lograr niveles de higiene y desinfección suficientes y sustentables.
Luego entonces, el riesgo que la pandemia no pueda ser controlada eficazmente en zonas periurbanas y en áreas rurales marginadas en el país, es infortunadamente muy elevado. En las estadísticas existentes a veces insuficientemente actualizadas, se reconoce que menos del 35% de la población periurbana en las 12 principales metrópolis de México y menos de la mitad de las 160,000 localidades rurales marginadas con menos de 250 habitantes, cuentan en forma oportuna con agua suficiente y de calidad aceptable para cumplir con los protocolos mínimos indispensables de higiene y desinfección ante la pandemia.
Sin duda, México está obligado a desarrollar en el corto plazo y sin titubeo un esfuerzo enorme, bien planeado y estructurado, con objetivos claros ajenos a ideologías, con metas concretas y tiempos, así como con recursos suficientes cuyo flujo no se interrumpa por causa alguna, para atender con celeridad, eficacia y rotunidad a los cuellos de botella en zonas periurbanas y bajo una estrategia robusta, como si se tratara de una guerra o de una tragedia regional, atender con toda energía las zonas rurales desprotegidas. Los recursos presupuestales, humanos y materiales tienen que estar disponibles sin titubeos. Se requiere una actuación excepcional del tamaño del desafío que México confronta y va a confrontar. Se reitera con firmeza la necesidad de actuar con los elementos y recursos necesarios. No hay lugar para dilación o para obstáculos burocráticos y de normas pensadas para ser aplicadas en tiempos normales.
Más allá de otros temas críticos, si no se atiende el tema del agua a las poblaciones menos favorecidas, los efectos de la pandemia serán terribles en la sociedad, en el gobierno y en la política e incluso en la paz social. La inacción puede llevar a México a superar en forma notable lo acontecido en Italia, España o Estados Unidos, países en los cuales el tema de agua suficiente disponible es inexistente o poco relevante.
México también tendrá que hacer un esfuerzo enorme en materia de saneamiento de aguas servidas. Empero, la tarea emergente es el servicio de agua suficiente, oportuna y de calidad como instrumento indispensable para contribuir en la reducción de los efectos de la pandemia. Este es el desafío a vencer.
Consultor Senior del International Water Foundation. Ingeniero Civil por la Universidad Nacional Autónoma de México, estudios de maestría, posgrado y doctorado en Estados Unidos, Reino Unido y España. Honoris Causa de Sócrates Prize Award y Oxford, en Reino Unido. Experto en planificación de los recursos hídricos; servicios de agua potable y saneamiento, proyectos de infraestructuras hidráulicas, de política pública hídrica y su instrumentación. Ha colaborado en 42 países en África, Asia, Europa y Las Américas, fue consultor senior del Banco Mundial, de Naciones Unidas y Unión Europea, y consejero para los gobiernos de más de veinte países del mundo.