El clima está cambiando y lo seguirá haciendo, afectando a la sociedad y medio ambiente.
El cambio climático afecta la disponibilidad, calidad y cantidad de agua para las necesidades humanas básicas, y amenaza la seguridad alimentaria, la salud humana y el crecimiento económico.
El 90% de los desastres naturales están relacionados con el agua, y cada vez son más frecuentes e intensos. La gestión sostenible del agua es una parte esencial de la solución al cambio climático.
La mitigación y adaptación son estrategias complementarias para gestionar y reducir los riesgos del cambio climático. La restauración de humedales es una opción de adaptación que mejora la calidad del agua y disminuye las inundaciones y contribuye a la mitigación mediante la absorción de CO2 y el secuestro de carbono. Las mejoras en el tratamiento de las aguas residuales ofrecen oportunidades de mitigación, como también lo hacen la mejora en la eficiencia y reducción del consumo innecesario del recurso hídrico.
Por otra parte, la tecnología de energías renovables baja en carbono y poco consumo de agua tiene un papel clave en la mitigación y adaptación climática del sector energético.
No podemos enfrentar el cambio climático sin considerar el agua. Los marcos de política internacional sobre cambio climático deben considerar el agua, mucho más porque el agua es clave para reducir las emisiones de carbono.
La financiación climática es una gran oportunidad para obtener nuevos recursos para el agua. Integrar adaptación y mitigación en la planificación de proyectos sobre el agua hace más atractivas estas inversiones.
El cambio climático es intergeneracional: las decisiones que tomamos hoy las sentirán las futuras generaciones, seamos responsables.
El Informe Mundial sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos 2020